PC TECHNICAL ARGENTINA
Servicio técnico de computación a domicilio en C.A.B.A.
Walter Perazzo no tenía contrato y los tres capos de la barra vinieron a apretarlo al vestuario de la Ciudad Deportiva antes de un entrenamiento. Estaban Madera, Poli y el Panadero. Nos estábamos cambiando y empezaron a putear a Perazzo, que no reaccionaba. Veira y el Profe Weber miraban, los jugadores también. Todos les tenían miedo. El clima se puso pesado y yo salté: “¿Qué se creen, los dueños del club?”. Ellos: “Paraguayo, el problema no es con vos”. Yo: “Si es con mi compañero, es conmigo”. Ellos: “A que no repetís lo mismo si tenés las pelotas bien puestas”. Y les declaré la guerra: “Ustedes son una manga de faloperos, no sirven para nada”. Ahí nomás Poli me tiró una trompada a traición...
¿Por qué “a traición”? Si alguien quiere pelear, se pone en posición para avisar. Pero yo también era reo, no me iba a enseñar lo que era defenderse en la jungla. Esquive la piña y le di una yo. Fue al piso y ahí nomás lo agarré con una patada en la costilla. Lo que habrá sido esa patada que a mí se me fisuró el tobillo, pero a él le rompí dos costillas. Madera gritaba que me iba a matar, Giunta y el Bambino se cruzaron, pero cobraron. El tal Panadero se me tiró encima y lo agarré del cuello. El Profe Weber me gritó: “Soltalo que lo estás matando”. Le estaba hundiendo la nuez. Se fueron amenazando: “Paraguayo, sos boleta, te voy a mandar matar”.
El final de la historia.
Junté a mis compañeros y les dije: “Yo voy a hacer la denuncia, no sé ustedes”. La hinchada de San Lorenzo empezó a insultarme en los partidos. “Retirá la denuncia así te pago los premios”, me decía Fernando Miele. Los tres barras buscados por la policía estaban en casas de diferentes directivos. Igual, siempre le estaré agradecido a San Lorenzo por darme la primera oportunidad.
José Luis Félix Chilavert, nota de El Gráfico. Año 2007.